Es esta una obra de cultura local, o “muy local, o localizadísima”, como expresa la autora en su introducción. Analiza en ella, y por orden alfabético, los modismos coloquiales del idioma castellano en un área geográfica muy concreta, como es la villa de Yunquera de Henares, y por extensión la Campiña y sus otras poblaciones. En ese lenguaje propio, hay localismos, modismos, y barbarismos, pero que todo el mundo entiende, y sirven para lo que es esencial el lenguaje: para comunicarse entre sí los seres humanos.
Es tan local este uso, que de no pertenecer al entorno yunquerano no se entiende el empleo de muchos términos o locuciones que aquí se recogen; sencillamente el interlocutor forastero no comprenderá a qué se refieren en esta localidad cuando se usan términos tales como rodilla, culeca, poyata, zolocho, perrero, releje, machucho… y muchos otros.
El libro va prologado por el actor Joaquín Notario, quien por haber nacido en esta villa campiñera conoce de primera mano el objeto del libro. Recuerda anécdotas de su vida, de su juventud especialmente, y pone en valor el contenido de la obra, un libro simpático, que arranca sonrisas continuamente, y nos demuestra cuán vivo sigue el idioma castellano, herencia latina y progenitor de otros modos de hablar.
